Tanto si se ofrecen clases convencionales presenciales como si se opta por la formación online es importante innovar en el sentido de aprovechar bien lo que nos pueden ofrecer las nuevas tecnologías. Si ya son un elemento imprescindible que nos facilita la vida cotidiana en muchos aspectos, ¿por qué no íbamos a dejar que nos ayuden en clase?
Más allá de los dispositivos y de internet
Tener en un aula dispositivos y poderse conectar a internet no es una garantía de éxito para el aprendizaje si no hay una reflexión y preparación previa sobre varios aspectos. Los avances tecnológicos son herramientas para ayudarnos a ser más eficientes. Por ello, hay que tener un buen sentido crítico y hacerse algunas preguntas antes de empezar a implementar cambios:
¿Hay programas o aplicaciones que pueden realmente ayudarnos con nuestra materia?
¿Son asumibles los costes?
¿Son asumibles los costes?
¿Saben los alumnos utilizar responsablemente los dispositivos?
¿Cuánto riesgo hay de que se distraigan por no entender o por hacer un mal uso de los dispositivos?
¿Cuánto riesgo hay de que se distraigan por no entender o por hacer un mal uso de los dispositivos?
Lo más conveniente es tener claro que los objetivos de aprendizaje están en un primer lugar. Sería una pérdida de recursos el anteponer las nuevas tecnologías y posiblemente llevaría al fracaso de las clases.
Habilidades digitales y responsabilidad
No hay que descuidar la importancia de la privacidad y de valores como el respeto. Conviene dejar claras unas pautas de comportamiento y uso de dispositivos para el entorno de las clases.
En cuanto a las habilidades en entornos digitales que pueden resultar más útiles para las clases se encuentran estas las siguientes:
1-Creación multimedia: sonido, vídeo e imagen para hacer más comprensible la teoría con diferentes tipos de ejemplos.
2-Disponer de herramientas para compartir contenidos interesantes: redes sociales, marcadores. No tiene mucho sentido conformarse con un listado de enlaces en un folio.
3-Conocer herramientas para presentar contenidos de forma más gráfica: presentaciones online, infografías…
4-Ser capaz de detectar contenido plagiado.
5-Buscar buenos contenidos digitales y saberlos organizar de forma adecuada para todos
6-Tener una mentalidad abierta y aceptar nuevas ideas y propuestas
7-Conocer herramientas digitales para la evaluación: tests y actividades interactivos, juegos, problemas o ejercicios a trabajar y resolver en las redes sociales (comentar, compartir, completar), etc.
8-Saber usar recursos para planificar el tiempo y las clases
9-Querer y saber compartir.
10-Ser imaginativo: ¿por qué no proponer tareas diferentes como un blog colectivo? También es posible crear contenido en un wiki o agregar contenido en una red social con una cuenta compartida?
Dinámicas paralelas en el aula
Además de impartir una materia, las habilidades digitales de cada uno no son iguales. Se puede promover fácilmente la ayuda mutua para usar mejor las herramientas al alcance. Con ello, se fomenta un sentimiento de grupo y el conocimiento generado gracias al compartir va más allá de la materia que se estudia. Se gana también en motivación para trabajar juntos y aprender. Así, no es necesario que el docente sea un experto en nuevas tecnologías pues incluso él tendrá la ocasión de aprender de los alumnos.