Tanto si aprendemos como si enseñamos, es importante tener en cuenta las diferentes posibilidades para optimizar el aprendizaje. Una buena estrategia es la de agrupar las acciones de una clase o de nuestro tiempo de estudio en función de la característica que define la actitud principal: CURIOSIDAD, ATENCIÓN y PRÁCTICA. Podemos plantear las diferentes actividades en una clase siguiendo un ciclo de curiosidad, atención y práctica, haciendo que ésta última despierte nuevamente la curiosidad y repita el ciclo.
Curiosidad y retos
-querer ver el todo de una parte o querer ver las partes de un todo
-querer entender el porqué de los errores cometidos (por uno mismo o por otros)
-ganas de descubrir (espíritu inconformista)
-sentir y hacer sentir que podemos hacer y aprender más (¡hay que retarse!)
-preguntar y preguntarse
-querer superar incertezas
-buscar nexos y relaciones
-desaprender
Atención y reflexión
-leer sin prisas, con paciencia
-reflexionar sobre los propios pensamientos acerca de un tema
-entender los errores propios y de otros
-analizar y reflexionar sobre temas y aspectos complejos
-adoptar diferentes puntos de vista posibles
-saber distinguir lo relevante de lo superfluo
-poner énfasis en la diversidad
-observar los logros de otros
-descubrir patrones
-personalizar el aprendizaje
Práctica e interacción
-observar cómo se aplica una teoría (ejemplos y experimentos)
-testar diferentes maneras de poner algo en práctica
-utilizar juegos para aprender conceptos y teorías
-ayudar a otros a entender
-hacer manualidades sobre una temática (fomentando también la creatividad)
-repetir y practicar, repetir y practicar
-cometer errores
-interpretar roles y hacer elecciones sobre la marcha
-trabajos de campo en grupo
-presentaciones y exposiciones ante los demás
-debates y discusiones repartiendo las posturas a adoptar
-crear espacios acordes con la manera de pensar y plantear temas prácticos
El ciclo se puede ir repitiendo hasta alcanzar unos objetivos de aprendizaje marcados. Al final se pueden realizar pruebas de evaluación, aunque en el desarrollo de las actividades prácticas y de interacción es posible obtener resultados sobre el avance y consolidación de la materia.
Por otra parte, es importante adoptar planteamientos alternativos para fomentar el entusiasmo y la motivación. Si se deja de ver el aula o espacio de aprendizaje como algo relacionado con unas dinámicas pedagógicas tradicionales (clases magistrales, seguir libros de texto, mandar y corregir deberes, etc) es posible llegar a sacar lo mejor de todos, tanto del docente como de los estudiantes. ¿Por qué no añadir dosis de fantasía y de humor también? Tengamos la edad que tengamos, siempre es algo que agradecemos y acaba resultando efectivo.
